Naia Nakai se dedica a la pintura desde 1985. Nacida en una familia de artistas talentosos, cultivó su creatividad desde temprana edad y posteriormente se graduó en Bellas Artes por la CSUC. Tras mudarse a Maui en 1992, encontró una fuente inagotable de inspiración en los impresionantes paisajes y la vida marina de la isla. Ya sea en tierra firme o bajo la superficie del océano, la belleza natural de Hawái la conmueve constantemente y siente el llamado a compartirla con los demás a través de su arte.
Naia capitanea su propio barco en las profundidades del Pacífico para avistar ballenas, delfines, tortugas y una gran variedad de peces de arrecife. Estas experiencias se han convertido en un catalizador para expresar la alegría y la paz que emanan de su trabajo. Estar en la superficie y bajo el agua se ha vuelto tan esencial para ella que es capaz de capturar no solo su apariencia, sino también sus sensaciones. Este sentimiento de conexión es universal y tan necesario en una era donde el tiempo frente a las pantallas acapara nuestra atención en el mundo tecnológico actual.
Además de sus actividades artísticas, Naia es miembro de la junta directiva de Art Maui, donde trabaja para apoyar y empoderar a los artistas locales, ayudándoles a hacer realidad sus sueños creativos.
Diseñado para colgarse en cualquier dirección, adaptándose así a la decoración y al gusto personal. El alambre para colgar está instalado en la parte posterior, tanto en formato horizontal como vertical. La creación de esta obra de arte, que invita a la mirada a recorrerla de forma armoniosa en las cuatro direcciones, se logró mediante el movimiento continuo de la pieza durante el proceso de pintura. Estas cuatro opciones de colgado ofrecen la posibilidad de elegir la orientación preferida y cambiarla cuando se desee.
Detalles
- Dimensiones: 36" x 24"
- Técnica mixta sobre lienzo
Cada pieza parte de una composición abstracta, creando una rica textura mediante una mezcla única de mármol y piedra caliza finamente molidos, combinados con pigmentos y polímeros. El mármol aporta una sensación rústica y terrosa, mientras que la piedra caliza crea un acabado suave y sereno; a menudo se combinan en distintas proporciones para lograr la profundidad y la energía deseadas en la superficie.